Cuando Irene descubre durante su infancia que
tiene una diversidad funcional, su vida cambia de rumbo. A partir de ese
momento tiene que aprender a vivir con ciertas limitaciones, que hacen que se
refugie en los juegos de rol, las series de televisión, el cine, la literatura
y los animales para salvar las barreras de su vida cotidiana, fundamentalmente
el calor, muy dañino para ella. En estos contextos puede ser, al fin, la
heroína que quiere, sin barreras, y desde su fuerza interior lucha sin descanso
por conseguir lo imposible: ser profesora universitaria.